Orellana derriba la fortaleza blanquiverde en el minuto 89. ( 1-1 )

03.12.2010 16:55

 

Todo parecía perdido para el Granada. Los locales llegaban y llegaban al área de un encerrado Córdoba pero todos sus intentos eran en vanos. Orellana iba a soñar por la noche con Raúl Navas y con todos los balones que el cancerbero blanquiverde le había sacado cuando el gol era lo más posible que sucediera. Pero en el 89 la suerte de los de Fabri cambió y el quiero y no puedo de los granadinos y de Orellana se tornó en júbilo y alegría cuando el balón del chileno se coló en la red y el 1-1 lucía en el luminoso.

Para llegar a ese final, el Granada sufrió y trabajó desde el momento en que Oriol Riera puso el 0-1 en el marcador. Lucas Alcaraz regresaba a la que fue su casa pero no estaba dispuesto a regalar nada al que fuera su equipo. El Córdoba salió enchufadísimo a Los Cármenes y Callejón usaba la banda derecha como una autopista para poner balones peligrosísimos para la meta de Roberto.

En esa banda se orquestó el tanto blanquiverde. El citado Oriol Rivera cabeceó a la red un centro desde la derecha ante el que nada pudo hacer Roberto. Bueno, sí hizo algo. Protestar al árbitro un posible fuera de juego del goleador del Córdoba en Los Cármenes. Pero el colegiado acertó en la primera de las varias decisiones complicadas que tuvo en el choque. Buen partido del trencilla Miranda Torres.

El que no acertó fue el Córdoba. Con el 0-1, y habiendo sido dominadores del encuentro, se echaron atrás y dieron alas al Granada en vez de rematarle. Los locales se fueron desperezando poco a poco y creando juego y peligro en la meta de Raúl Navas, acertadísimo en todas sus acciones, y que aparte de a parar se dedicó a amargar la mañana a Orellana, al que, una tras otra, le iba desbaratando todas sus ocasiones.

Acoso granadino en la segunda parte
Antes del descanso el empate del Granada parecía cuestión de tiempo. Llegar llegó, pero tardó más de lo que sus ocasiones dicen. En la reanudación el acoso granadino al arco blanquiverde fue total. El Córdoba se echó para atrás y evitó alguna que otra contra del Granada a base de acumular tarjetas. Sus cuatro defensas vieron amarilla, aparte de Javi Flores en la primera parte.

El Córdoba basó su segunda parte en dejar pasar los minutos hasta que llegara el 90, en la buena actuación de Raúl Navas y en la seguridad que tenían de que el Granada se echaría arriba si el 0-1 seguía en el marcador. Todo les salió bien. Los minutos iban pasando, Raúl Navas seguía parando todo lo que le llegaba (Orellana no veía la forma de superarle) y el 0-1 no se movía del luminoso, con lo que el Granada se fue para arriba y Fabri así lo hizo ver desde el banquillo. Tariq entró por Siqueira para dar más peso al ataque.

La situación, llegado el minuto 86, era favorable para los intereses del Córdoba. Quedaban cuatro minutos, Raúl Navas se convirtió en 'paralotodo' Navas, el orden en el Granada no existía y en eso que los blanquiverdes se encuentran con una contra. Pepe Díaz puso la quinta marcha por la banda derecha y le cedió el cuero a Arteaga, totalmente solo. Situación perfecta y los seguidores del Córdoba se relamían pensando en el 0-2 y en evitarse sufrimientos. Pero no, este Córdoba no está hecho para cerrar partidos. El jugador blanquiverde falló y el resto ya lo sabemos todos...

El Granada y Orellana encontraron la suerte perdida
El quiero y no puedo que el Granada y Orellana habían tenido durante todo el partido se convirtió en júbilo de la grada y del jugador chileno. Y fue en la más difícil. Si había sido incapaz de aprovechar sus mano a mano delante de Navas, Orellana se sacó un tiro raso y colocadísimo desde la frontal que se coló rozando el poste de la portería blanquiverde.

Tras eso el Córdoba se tiró para arriba en los dos minutos escasos que quedaban, pero previo a ellos se había dedicado a defender durante 60 minutos en vez de 'matar' a un rival que tenía herido. Reparto de puntos entre Granada y Córdoba en Los Cármenes que no vale a unos para llegar a puestos de 'playoff' ni a otros para alcanzar una zona tranquila de la tabla.

Fuente: Marca.com